Madrid se vuelca por un mundo #SinPenaDeMuerte
#SinPenaDeMuerte. Este mensaje ha sonado alto y claro durante la última semana en Madrid. El lunes fue trending topic en Twitter. El martes, miércoles y jueves, se repitió en la gran pantalla en los medios y en institutos. Y es que Amnistía Internacional organizó y participó en numerosos actos contra la pena capital con motivo del Día Internacional contra la Pena de Muerte.
«La pena de muerte no es justicia, es venganza»
«La pena de muerte no es justicia, es venganza, la gente cree que es disuasoria y puedo asegurar que en todos los Estados donde está aprobada, las tasas de homicidios son más altas que en los que no». Ron Keine pasó dos años en el corredor de la muerte por «haber cometido un asesinato» durante un viaje con su moto por Nuevo México y cuya autoría fue posteriormente admitida por un policía. Ron es uno de los protagonistas del cortometraje “The Resurrection Club”. Junto a Shujaa Graham, Nancy Vollersten y Phyllis Prentice, visitó Madrid la semana pasada con motivo del Día Internacional contra la Pena de Muerte para presentar el corto y denunciar los sistemas que legalizan el asesinato.
El lunes 10 de octubre, cine Palafox de Madrid vivió un emotivo encuentro con Ron, Shujaa, Nancy y Phylis. Allí se preestrenó «The Resurrection Club», cortometraje que muestra una de las más crueles realidades de la pena capital: la condena de personas inocentes. El corto cuenta las historias de Ron, Shujaa, Greg y Albert, que pasaron varios años defendiendo su inocencia y acabaron siendo puestos en libertad. Cuando consiguieron retomar sus vidas, decidieron abrir una organización llamada «Witness to innocence» que recorre EE.UU luchando con sus testimonios por la abolición y que sirvió a los directores del corto, Álvaro Corcuera y Guillermo Abril, para mostrar esta realidad.
«Cuando salí, no tenía ni para el autobús ni conocía gente. […] Tampoco me daban trabajo y tuve que comer de la basura y dormir en coches abandonados. Esto termina contigo y te quita la autoestima».
«Tenía 18 años cuando entré y cumplí 30 cuando tuve mi cuarto juicio. Cuando oí las palabras: No culpable, pensé que mi pesadilla había terminado. Pero yo ya no tengo sueños, solo pesadillas de lo que viví», dijo Shujaa sobre su experiencia durante los años que pasó esperando la muerte por un crimen que no había cometido. Pero la tortura del proceso judicial y la vida en la cárcel no acaba con la exoneración: «salir del corredor es un verdadero problema porque ni el Gobierno ni el Estado quieren saber de ti. Eres relegado a un “don nadie” y yo cuando salí, no tenía ni para el autobús ni conocía gente. (…) Tampoco me daban trabajo y tuve que comer de la basura y dormir en coches abandonados. Esto termina contigo y te quita la autoestima», añadió Ron.
Activistas de AIM compartimos una comida con los exonerados
El miércoles 12, a pesar de ser festivo, decenas de activistas de AIM se acercaron al centro de Madrid para comer con Ron, Shujaa, Nancy y Phylis. Durante la comida, los dos exonerados compartieron sus historias y reflexiones sobre la pena de muerte.
Ron explicó cómo, tras dos años en el corredor de la muerte, consiguió la libertad: “faltaban exactamente nueve días [para la ejecución] cuando el asesino se dirigió y se confesó en la iglesia más cercana”. El cura le indicó que esto tenía que trascender a la policía. “El problema en sí no es el sistema sino la corrupción”, añade. “El Tribunal Supremo de USA ha hecho realidad que un fiscal tenga inmunidad total. En casos como los nuestros, cuando te enteras de que el fiscal ha sabido durante todos los años que has estado condenado que eras inocente… ese odio yo sólo lo pude canalizar ayudado por una monja”, explica.
Shujja contó cómo dos estudiantes le ayudaron en su larga lucha por la libertad: “el día de mi juicio asistieron dos estudiantes. Ellos podrían haber elegido ir a clase pero estaban allí. En el primer juicio no pude defenderme y en el segundo me condenaron. Esos dos jóvenes llevaron a cabo un montón de acciones, me decían: Shujja te vamos a sacar”, explica emocionado.
¿Es la pena de muerte una respuesta al terrorismo?
Además de la visita de Ron, Shujaa, Nancy y Phylis, nuestra organización también participó en la ponencia “¿Es la pena de muerte una respuesta al terrorismo? Múltiples voces”. Este acto, organizado por Casa Árabe, contó con la participación de personalidades como Federico Mayor Zaragoza, actual presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte o de organizaciones como la Fundación Cultura para la Paz. En palabras de Mayor Zaragoza, «las víctimas de terrorismo en su angustia piden justicia pero no piden venganza».
Por su parte, el director de Amnistía Internacional España, Esteban Beltrán, reconoció que por primera vez en la historia la balanza se empieza a inclinar del lado positivo porque «ya son más de la mitad los países que han abolido la pena de muerte. Si bien es cierto que aún queda mucho trabajo por hacer, la tendencia es la abolición mundial». Aun así, este progreso se ha visto lastrado por la reincorporación de la pena de muerte en países donde se había abandonado esta práctica «debido a la expansión del terrorismo», aseguró el Beltrán. «Pakistán ha pasado de 32 ejecuciones en 2014 a 326 en 2015», ejemplificó.
¡Actúa por la abolición total!
Shujaa Graham dedicó unas últimas palabras a Amnistía Internacional y a los y las activistas: “la pena de muerte en el mundo no se ha llegado a abolir, pero esas victorias parciales nos van a llevar a la abolición total”.
¡Sigamos luchando por un mundo #SinPenaDeMuerte! Puedes hacerlo de varias formas:
- Firmando por la abolición de Ali Mohammed Baqir al-Nimr, que puede ser ejecutado en Arabia Saudí en cualquier momento.
- Haciéndote activista por los derechos humanos