La condena a David Castillo, coautor del asesinato de Berta Cáceres , es un pequeño triunfo en medio de la batalla, una victoria para celebrar y coger aliento para continuar la pelea. Seguiremos, porque siempre hay que seguir, como nos ha enseñado Berta, como nos enseñan las hijas de Berta, COPINH y MILPAH.